Un fantasma persigue a Gustavo Sánchez Vásquez.
El ex alcalde de Mexicali, Jaime Rafael Díaz Ochoa, deambula por los pasillos del palacio municipal, generando que la presidencia del actual munícipe camine con una piedra, o varias, en el zapato.
La entrega de 335 placas de taxi, justo antes de que concluyera la administración de Díaz Ochoa, y presumiblemente distribuidas entre transportistas, regidores y empresas ligadas al PRI, continúa sin investigarse por el actual gobierno local.
El Congreso de Baja California rechazó las cuentas públicas de Desom, correspondientes a la administración de Jaime Rafael, por presuntas irregularidades en adjudicación directa de licitaciones por más de 2.5 millones de pesos. Diego Echeverría Ibarra, entonces titular de Desom, es protegido de Díaz Ochoa y actual regidor en el gobierno de Gustavo Sánchez; gobierno que, lógicamente, continúa sin investigar.
La obra del Bus Rapid Transit, conocida como BRT, y en la cual se invirtieron más de 250 millones de pesos, se mantuvo completamente congelada durante todo el trienio de Jaime Rafael. Supuestamente los camiones no cabían en los carriles, lo cual resultó ser completamente falso. La ciudadanía continúa esperando sanciones contra los responsables de la anterior administración municipal.
Antes de partir, Díaz Ochoa tuvo tiempo también de aprobar la basificación de 113 plazas sindicales ilegales para empleados burócratas, las cuales representan 2 mil 100 millones de pesos. Entre los beneficiados se encuentran familiares de la entonces líder sindical y hoy diputada del PAN, Victoria Bentley Duarte. Nada ha hecho el actual Gobierno Municipal al respecto.
El XXI Ayuntamiento de Mexicali, encabezado por Jaime Díaz, incurrió en gasto excesivo para la reparación de patrullas. De manera directa, y sin licitación pública, se otorgaron 23 millones de pesos en 2014, y 24 millones de pesos en 2015, por concepto de talleres y reparación. La ciudadanía seguimos esperando que los responsables de Grupo Racota enfrenten a la justicia.
Poco importa el esfuerzo que el actual presidente municipal, Gustavo Sánchez Vásquez, realice para construir un buen gobierno. Poco importa su acuerdo con la burocracia para desocupar cerca de 300 plazas. Poco importa si soluciona el grave problema de recolección de basura. Poco importa si consigue recursos para realizar obra pública. Poco importa si logra abatir el terrible problema de inseguridad. Poco importa si logra cumplir todos y cada uno de los ejes de su Plan Municipal de Desarrollo 2017-2019.
Poco importa… pues lo único realmente importante es el combate a la corrupción. Los mexicalenses estamos cansados de tanto abuso, tanta opacidad, tanto enriquecimiento por parte de nuestros gobernantes.
Si la alcaldía de Gustavo Sánchez Vásquez, a través de su síndico procurador, Blanca Irene Villaseñor Pimienta, no contempla perseguir los innumerables, innegables e insultantes actos de corrupción del alcalde anterior, bien podría entonces tomarse a la ligera su gestión al frente de la ciudad, ya que los ciudadanos ni siquiera podremos ver las acciones de su gobierno, estaremos ocupados observando al fantasma de Jaime Rafael.
*El autor es abogado y conductor de televisión.
*Columna escrita originalmente para el periódico La Crónica de Baja California.